Así es mi vida... ¿Te apuntas?

Reconozco que me pongo insoportable cuando estoy de mal humor. No hay nadie que haga que cambie de opinión cuando algo se me mete en la cabeza, es más, no paro hasta conseguirlo. Soy de esas personas que necesitan un abrazo diario, como mínimo, aunque haya días que pueda soportarlo, hay otros que si no los tengo puedo ponerme a rabiar. Soy súper borde cuando creo que tengo que serlo y no intentes remediarlo, hay pocas personas que lo entienden, sinceramente. Tengo mis días buenos, superan a los malos, eso sí, pero te aseguro que cuando tengo un día malo no lo olvidarás en mucho tiempo. No sé como lo hago, pero pongo de mal humor a todo el mundo, y eso es algo que me caracteriza, y mucho. Te recomiendo que cuando me veas de morros no busques nada más que mis brazos, pues no te imaginas cuánto te lo agradeceré. No busques hacerme reír cuando estoy llorando, prefiero que me sequen las lágrimas y me digan un: ‘Venga corazón, sé fuerte. Esta vida está para ser feliz y no desaprovecharlos echando lágrimas por cualquier cosa’ (aunque no sean esas las palabras exactas). Tengo miles de defectos. Me caracteriza mi mal genio y el tener un pronto bastante malo. Puede que sea de esas que toman la mayoría de las decisiones en caliente. Me calientan, contesto y me voy. No pienso mucho las cosas cuando estoy realmente enfadada, pero entiéndeme cuando te pida perdón, éste es uno de mis peores defectos y me arrepiento por casi todo a los 10 segundos de haberme ido. Lloro, me desahogo, casi que lo hago a diario, no encuentro otra manera de hacerlo, pero te aseguro que soy fuerte, aunque aparente ser la más débil persona que hayas conocido. Y ahora, si eres tú una de esas personas que ha soportado algún caso de estos y te sigo considerando algo importante en mi vida, quiero que aceptes mis disculpas y que si, en algún momento me ves en esta especie de locura que me persigue, me recuerdes esa frase de: ‘Sólo es un mal día, ya verás cómo mañana amanecerás mejor’.